lunes, 30 de junio de 2008

He sentido hoy una brisa intacta
inquebrantada, infantil
como el agua de lluvia,
o como un tacto desconocido.

Era la forma de ser brisa de otros aires,
la manera de estar lejos al alcance,
el latir de la marea baja justo cuando empieza a subir,
justo en el momento en que una ola
marca ese nuevo comienzo.

Hoy he sentido un aire que era espera
y esperanza, un aire
que se convirtió, al instante, en instante
y en recuerdo de otros aire.

Hoy el aire era una señal de tu estancia,
un reflejo del ayer, un futuro en el pasado.

sábado, 28 de junio de 2008

Cada noche al acostarnos cada uno en su cama
a kilómetros de distancia, nos tocamos, nos abrazamos.
Jamás la realidad llegará a parecerse
a esa sensación de estar aún juntos
sin habernos conocido.

viernes, 27 de junio de 2008

Si escribiese haikus, no sería esto.

Bandera ondea.
Un frío coche pasa.
llegó el invierno.


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Cuando te miro
desapareces.
¿Serás un sueño?

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Ya no recuerdo
tu suave canto.
Lloro en silencio.

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Pienso en las tardes.
Olvido tanto.
La marea sube.

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Salto al vacío.
Desde la altura miro.
Ruido de hojas.

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Cubren la arena
los parasoles.
Espero quieto.

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Gota en el agua.
Hoja en la rama.
En tu vida, yo.

jueves, 26 de junio de 2008

Todo ocurrió en un silencio pausado,
casi irreal, en la cocina.
Las manos atentas sobre la cara,
los pies casi en el suelo y el pecho sostenido
por unos hilos finos, frágiles y definitivos.

"Es lo mejor", te dije.
"Nunca hay nada bueno así" -pensé-, "nunca".

Hoy todavía miro por la ventana,
pasillo del pensamiento pretérito,
a la espera de un silbido, de unos pasos
de un "luego te llamo".

No sé si es, pero será lo mejor
o eso intentaremos.

miércoles, 25 de junio de 2008

Infancia

A la hora del recreo siempre
salía corriendo de clase.

Ella estaba ya en medio del patio
con sus coletas morenas, sus ojos grandes
y unas letras rojas preciosas
que dibujaban su nombre en el babi.

Esa era la única información que conocía
y aún lo poco que poséo de aquella niña
con la que día tras día deseaba
compartir mi bocadillo en el recreo.

Aún, todos los días, a las 12:24 de la mañana,
me preparo un bocadillo.
Siempre dejo el último mordisco
por si a ella le da por volver a compartirlo.

martes, 24 de junio de 2008

Noches sorpresa

En ocasiones las noches,
toman giros extraños y aparecen
pequeñas luces en plena oscuridad,
una sombra tibia sin sol
o un mañana caluroso y repentino.

Ansías no despertar con el giro de los suspiros,
con la llamada a la puerta de un atardecer,
con el sueño perturbado de un insecto,
con el brazo sudoroso de la eternidad,
con el grito callado de las sábanas
o con el muslo hiriente de la cotidianeidad,
y nunca ocurre.

En mitad de la noche, una mirada es mediodía.

lunes, 23 de junio de 2008

Método metafísico

Existes.
Trato de crear tu presencia
a priori,
pero algo falla, no llego
a una conclusión.

Te nombro.
Eso es suficiente en el cerebro
pero el pecho me pide más,
me pide tacto y carne.

Busco otro argumento.

Te creo.
Sin embargo no sé si tú me crees
a mi, no sé
si tú lo haces.

Uso “haces" para referirme a ti,
así que si se crea algo, y ese algo existe,
el creador ha de existir.

Dije antes que no me crees
a mi, o al menos eso creo,
por lo tanto seré yo aquello
que hiciste…

…pero ni siquiera me conoces.

Soy yo quien no existe ahora.
Tu presencia absorbió la mía.

Sin embargo, ¿quién escribe este
poema para probar tu existencia?
¿Quién está usando mi pluma?

Eres tú la que esto ha escrito.
Eres tú mi creadora pero
no existes.

domingo, 22 de junio de 2008

Libro carnal

Una costelación de puntos susurra,
jugando,
palabras prohibidas, biensonantes, caprichosas
al oído de la noche, al abrigo del terreno.
Con los dedos, unidos a la piel irremediable,
diseño versos perdidos, traduces las negras lineas
que surgen del pergamino terrestre de tu contorno.

Dedo tras dedo hasta cumplir un cuento
con tapas de hilo, líneas de luz e incierto final.

Seguimos leyendo, línea a línea, casi puntos
hasta que despierte el mundo,
justo en el momento en que caigamos
en la gramática incierta de las incertibumbres.

Ciertos libros se cierran solos, tal y como se abrieron,
intactos, jugosos, pendientes de otra lectura,
ansiosos de vida.

La habitación vacía

Me acompaña a menudo, como un perro hambriento,
la locura de buscar pensamiento en la nostalgia,
percepción en la lejanía, carne en las manos vacías,
orden en la maraña de tus esquinas,
o un mar de dudas en el amanecer.

Y así, agazapada tras las horas,
me hace dudar esa locura
de las cortinas que se quedan a medio cerrar;
espía -cuando ella lo desea- tras la madera de roble que tapa esa puerta;
escucha, con un vaso de papel pegado a la ventana,
los llantos de la memoria
y analiza el lento camino que me espera
hasta la cueva soleada del conocimiento
donde las sombras de la duda son más nitidas,
pero aún presentes, aún acogedoras.

sábado, 21 de junio de 2008

Obscura batalla/Dudosa ortografía

La rugosa pared de mi cuarto
responde sin miedo a tus dudas
con un no que hace aún más oscuro el silencio,
con una interrogación perdida
que no sabe preguntar a la llamada escueta del placer
pero lo cumple.
Rebusco palabras sin letras
y sólo encuentro las que ya caducaron
abrigadas bajo la manta.

Mañana cuando al abrir el diccionario del día
entienda por fin lo que ocurrió,
me daré cuenta de que las mantas son
un campo de batalla para el anhelo,
para el verso y para el encuentro.

jueves, 19 de junio de 2008

Era fría la tarde y el recuerdo de tus huecos.
Sentíamos como en la longevidad del tiempo
tu mano intentaba apresar, sin éxito,
los sueños que se escurrían
al igual que lo hace el agua de un pantano por tus pechos,
lenta y tibiamente, casi imperceptible
aunque sin duda
imparable.

Pasa la tarde y se enfría tu cara
pero el frío no consigue congelar el agua
para que se mantenga en tus pechos ese pantano
y se escurre y se va
como los sueños en tu mano seca.

miércoles, 18 de junio de 2008

si sigo

Me olvidé de mi gente por el ombligo,
de la casa por el capricho, de los juegos por los juegos,
y del olvido por vivir.

Me olvidé de los cantos de la cuna,
de los pasos y las novias.

No me acordé de decirte que tras todo lo que fuimos
conservé solo mis manos, mis ojos y mis cuadernos.
Mi yo me mi siguen conmigo.

Olvidé que cualquier día comenzaré a hablar solo,
y que no espero con ello a dios hablar un día.

Sólo yo estoy solo labrando mi soledad.
Olvidaré el tacto del tiempo.

Si sigo así voy a morir.
Si muero así no llegaré.

lunes, 16 de junio de 2008

Tal vez luego sea tarde

Si se usa mal, el aire quema.
Si se extrae antes de tiempo, la duda duele.
Si se tienta a la verdad, desaparece su magia.

Si las cosas saliesen como tienen que salir,
nada tendría sentido
y permaneceríamos toda la aburrida eternidad
esperando una actuación ajena,
como se espera la salvación en los días de lluvia
o el verano cada tarde de junio,
para poder entonces aplaudir al final del acto
sin sentir el goce de la imperfección,
y con la duda inmaculada.

martes, 10 de junio de 2008

Berlín

El sol me despierta de distinta manera,
como si el idioma tuviese un sabor extraño en la boca.
Las ventanas, los cristales, el blanco tacto de las sábanas
me pide un minuto tan sólo de nocturnidad, una llamada al vacío.
Mis pies -creo- que se despidieron del tránsito al verme
y salen corriendo hacía el amanecer,
como pequeños ratones en busca de una verdad tras la pared agujereada,
sin saber que allí simplemente encontrarán un muro,
cargado de eternidad.

Las esquinas aquí tienen recuerdos perdidos de otros,
albergan piedras talladas por el paso del tiempo y la necesidad
y un regusto fatídico a intento fallido.

Las cajas en el suelo guardan demasiadas cosas, demasiado peso.

Ahora, en la frescura de la oscuridad, observo:
una luz me indica que mañana el sol me despertará una vez más
de manera distinta.

domingo, 8 de junio de 2008

Yo sé que tú, mi amigo, todo lo sabes.
Fuiste el último en abandonar
mi casa, mi calle, mi corazón.

Yo sé que tú, mi amigo, todo lo intuyes
y entiendes que mi vida va sin rumbo fijo y sin demora,
siempre hacia delante.
Puedes, lo sé, decirme lo que necesite.

Así que dime, amigo,
¿Siguen jugando los niños a la peonza en mi calle?

viernes, 6 de junio de 2008

Aquí y...

No es cierto que ahora quiera
patalear por el tiempo perdido,
sino que entiendo
que durará tan sólo la ligereza de la hoja, el peso de la pluma,
el tacto de un párpado, la lengua del narrador,
el terciopelo del buho, la golosa vista del cernícalo

y a mi no me quedará más tiempo que éste
para disfrutar del desatino.

jueves, 5 de junio de 2008

El reverso de la mano

Hoy he llorado como un niño
al observar como se terminaba el agua
que caía por la cascada de la cisterna.

Hay días en los que el sólo peso de la soledad,
la tardanza del eco, el crujir de la madera,
el final de cada paso y su silencio
o el reverso jamás antes observado de una mano
son suficientes para otorgar un halo de tremendismo
a la tarde.

Juro que mañana sonreiré también
al observar en la bañera resurgir el agua.

Octubre en Oviedo

Existen, sin lugar a duda,
unos momentos de silencio durante
las largas horas de octubre
cuando en un largo paseo recorres con la mirada
los recovecos más inhóspitos de la ciudad.

Sin darte cuenta miras al cielo
y descubres un color
gris y blanco que te tapa.

Nunca antes
me había dado cuenta
de que en lo alto de la catedral,
en una pequeña torre,
hay una puerta. Pero claro,
me paro a pensarlo y creo
que lo entiendo.

¿Tú la habías visto ya?

miércoles, 4 de junio de 2008

Manzanas

Lo recuerdo como si fuese cierto:
una ventana sobre una pared blanca,
cientos de flores de cientos de colores
donde se aglutinaban cientos de insectos,
y un reflejo cercano, como el de un reloj que marca la hora de irse,
me indicó que el coche se había detenido.
Era verano, hacía calor.

Me giré, me miró, me asusté, me besó.

El coche se alejó camino abajo,
llevándose con él el reflejo y los relojes.

El tiempo había comenzado a pararse para siempre,
era sólo cuestión de dos que existiera ahora un ritmo,
entrecortado, maldito, eterno y puro.

La ventana se cerró con las persianas,
los insectos enmudecieron posados en cualquier color,
el blanco de la casa permaneció blanco
y el murmullo de las manzanas mecidas por el viento
marcaba el paso de las horas.

Dentro, en la habitación, todo era hoy.

Lo recuerdo como si fuese a pasar.

luchando

Volar de aquí a allí sin equipaje
es el sueño proscrito de los hombres.
El alma es lo que ocupa espacio
y el cuerpo lo que se evapora.
Ahora estoy aquí sin miedos,
sin lágrimas de adiós, sin necesidades.
Con manos, con brazos, con sueños.

Todo está cambiando. Yo lo estoy cambiando
luchando contra el miedo sin miedo.

lunes, 2 de junio de 2008

Vista al frente

Cada día veo la tarde ponerse en tu espalda
y mis manos se pierden
en las múltiples luces de tu piel.
Somos un atardecer de otoño
y un amanecer de abril.
Somos la nieve en diciembre,
somos un sol por salir…

…y es por eso que algún día al torcer
la esquina veré lo que quiero ver
y no las sombras de lo que un día fue
o la luz al fondo de lo que será.
Veré lo nítido del hoy perdurable,
la realidad esquinada al final de mi calle,
el lugar hacia el que camino.

Estuve buscándote en todas las calles
trás cada esquina, en cada banco
y sólo veía imagenes que podían ser tú,

pero no eras.

Ocho palabras

En el cementerio
todas las vidas
se convierten en momentos.
Paso al lado de esa tumba
y no veo más que una piedra
tallada. Todo un mundo
en ocho palabras.

Aquí yace el que un día fue tuyo.

domingo, 1 de junio de 2008

mapa

Pone un dedo o el ojo ese que mira
y busca en las diminutas letras de mi cuerpo
el nombre en clave
de lo que fue su país,
de su ciudad,
su calle,
casa,
yo.


Las manos buscan
entre el desorden
alfabético del mapa,
el orden inherente,
la respuesta clave,
el paso a seguir ahora
y encuentran que ese paso
no debe darse, pues su casa está aquí,
entre estas sábanas, entre estos brazos,
en el destino encontrado.