La peor tortura es amar
con la delicadeza de un niño,
para ser amado en cambio
con la esperanza del reencuentro y
la espera de una comodidad.
El día a día , el noche a noche
convierte el vino en agua; la lujuria, en pan caliente
el profundo sueño, en sueño y
despertarse se torna un esfuerzo de medio fondo