lunes, 15 de julio de 2013

Resuenan al fondo, calladas
como las gritos bajo el agua repleta de espuma,
las llamadas al azar, al pensamiento vivo.
Se oyen, sí, pero se intuye que la palabras,
aportan más caos que fortaleza,
más engaño que amistad,
un poco de locura en este mundo
ido a la deriva.

Los vientos resoplan desde las bocas también
como aullidos en la tarde,
como auxilios en el bosque
pequeñas bocanadas de placer,
un placer en continua zozobra
pero bien amarrado al puerto,
seguro por las sogas .