racimo o piedra,
tabla de salvación, desenfreno.
Auguro altibajos, desencuentros,
miradas huecas tiernas,
huidas, por temor, hacia adelante
e inconexos retornos, también por temor.
Sintiendo el beneplácito de la longevidad inalcanzada
admito no servir para entender u obrar,
solo para la elección unitaria,
continuamente cumpliendo con
el papel otorgado al azar.
Es, la coherencia, racimo de piedras,
desenfreno de la razón
y excusas
para no ser ya nunca, simplemente.