lunes, 20 de mayo de 2013

El paraíso está en la gota de lluvia de la tarde,
en el río al comenzar su marcha,
en el delta que mata a los caudales,
en el océano largo y tenebroso, eterno y cabal
en el charco oculto tras la arena y la piedra,
en la suela mojada de la bota,
en la llanta del cartero que salpica,
en el jugo del rocío
y en la ola que se estrella contra la orilla
en la que nos sentamos a esperar.

El infierno se encuentra también cerca de esas aguas.
De todas las aguas, se busquen o no.

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