El otro día,
uno de esos tantos días
en los que parece que te mira tan solo a ti la lluvia,
caminaba recordando versos de Guillam ben Anroh.
...cuando la yeshivá cierra la puerta,
las almas cultas, sienten sus ojos volar
hacia otras puertas.
Allí verán bocas cerradas
y manos que son silencio.
Pero entenderán que el verdadero amante
agarra a aquel que más ansía
manteniendo la boca muda y las manos firmes.
y eso es porque las manos son silencio
que te hablan
Dejé de caminar, miré al suelo y entendí
que el silencio es el camino a la verdad
y que se grita en la tardes neutrales
de otoño.
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