lunes, 22 de diciembre de 2008

Acordé vivir bajo 
la presunción de inocencia del olor
y el camino perdido de la posibilidad.

Ahora entiendo su inexactitud y su belleza.

2 comentarios:

Marisa Peña dijo...

Es precioso ese verso final Guillermo. Un placer leerte y estar aquí rodeada de buena poesía... Un abrazo

Anónimo dijo...

Feliz Navidad!