miércoles, 28 de febrero de 2007

matar al traductor

A nm


Me levanté de madrugada
haciendo juegos con los versos en la mano.
Temblando por palabras

de
futuro.

Seré otro al escribirlo, tomaré ideas prestadas,
no fusilaré a poetas, o traductores
ni pecaré capitalmente
como deseo.

esto no es así por no quererlo yo
si no por no tener otra opción.

Los pentagramas no me encierran
pero ¿cuándo cesará el grito?

1 comentario:

Anónimo dijo...

La playa que ya no existe, cada ola es distinta
y lleva tu nombre y mi sombra.
Contarte un secreto vagamente,
junto a una orilla despejada y dunas tristes.
La silueta descuidada del olvido,
las olas, la espuma, las aves, todo en lo que creemos.