Las blancas líneas del amanecer acogen.
Salimos de la sombra y abrazamos algo.
Se desvanece con la luz.
Solo los pájaros entienden que el sol pueda volver a esconderse tras amanecer.
Solo las madres saben que los llantos pueden llegar a ser plegarias.
Solo el tiempo recuerda la manera en que los días se solapan
y dejan ver en sus bordes se disipa la duda del futuro y se hace eterno el horizonte.
Solo el sol conoce el camino a la penumbra.
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