domingo, 18 de marzo de 2007

revoluciones II

Tras la revolución llega la frustración
y la distancia. Nunca estarán las ideas
marcadas en la realidad de la vida. Siempre habrá
un adentro y un afuera nuestro.

No somos más que ideas que no se llegan a cumplir jamás.
No somos mas que revoluciones fallidas.
Somos intentos. Permanentes intentos sin fruto.

Cada revolución deja tras de si un hilo de pena,
un suspiro acallado, un intento fallido de plasmar
en la realidad el sueño, y eso -tú lo sabes-
solo se conseguirá cuando intentemos
revolucionar las propias revoluciones y razonar
que ni el tiempo avanza, ni la tierra permanece
salvo en los campos vírgenes de la intención.

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