lunes, 12 de enero de 2009

Dame una idea, un empujón
un guiño, una palabra, un mordisquito rico de esa boca,
un no sé, una caja fuerte perdida en el océano,
una hilera interminable de silencios, un código secreto,
una maleta dentro de un baúl debajo de la cama,
una sábana usada y una sábana limpia,
un terreno en el que relajar los párpados,
un libro con tapas duras como mis sueños,
un eterno atardecer, una promesa
una enigmática llave que abre una puerta roja,
una consolación trás un aviso, un por qué y una pregunta

-¿Cómo dijiste que se llamaba?
-Ayer, se llama Ayer.

4 comentarios:

Marisa Peña dijo...

"Una hilera interminable de silencios" Sugerente imagen...
Un abrazo

Anónimo dijo...

Querido Guillermo: entro en Seremos Aire y veo que has hecho que me esfume. Has borrado mi comentario. No entiendo por qué. He disfrutado con tus palabras y creo que te lo he demostrado. Creía que este era una página abierta a todo el mundo. No leo libros sesudos ni fascículos de periódico de esos intelectuales. Ni loca podría componer uno de esos poemas que cuelgas en internet. Mis comentarios no son cultos ni refinados. Pero tengo el corazón abierto y llano. Sólo me interesa la palabra para dar voz a las entrañas. Para mirar de frente al poder enajenado. Para hacer de ella una mansión de la conciencia y la emoción. Entonces sí, poesía necesaria como el pan de cada día, como el AIRE que exigimos trece veces por minuto. Lo dicho, te deseo muchos éxitos. Au Revoire Triunfador!

Guillermo dijo...

Muchas gracias Susana y gracias por leerme.

Un saludo y espero que sigas por aquí.

Aliba dijo...

Guillermo:
¿Borraste tú el comentario de Susana? Quizá solo fue un problema técnico.