domingo, 13 de junio de 2010

Un viaje, una falda, un rumor,
un grito oculto, un pasillo,
el intercambio continuo de una habitación ,
un desespero, un pueblo lleno de palabras,
un destino.
Una expresión que fue de otro, un chivatazo,
una barba, un cuchillo, una sala, un comentario,
un año definitivo y este comienzo.
Una edad, un centro, un paso a un lado,
un misterio dibujado en una puerta,
una letra, un verso, otra palabra,
una entrada en un blog llena de pistas,
una espera inesperada, un buen diálogo.
Una hilera de palabras que no es más que
una simple hilera de palabras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Debería, entonces, preocuparme por haberme detenido a pensar con cada palabra en "una simple hilera de palabras"? Frunzo el ceño, se me dibuja una sonrisa torcida, frunzo el ceño otra vez. ¿Racionalismo extremo o simplemente algo divertido? Es curioso que, para estar lleno de pistas, esté empapado también de incertidumbre.
Lo has conseguido, disfrútalo, estoy retorciéndome en la silla. ;)