lunes, 17 de noviembre de 2008

Se repetía día a día la caida del tiempo
y los relojes dejaban de lamentarse
a la misma hora, siempre.

Al pararse la vida se entiende el movimiento
y se acata la lenta deriva del pasar.

Somos poco a poco, sólo poco a poco
y, a menudo, quietos.

1 comentario:

Ángel Badalament dijo...

"Al pararse la vida se entiende el movimiento
y se acata la lenta deriva del pasar."

Sobre todo me gustó ese fragmento en su poema.

Saludos.