Nos espera el barullo
de calles y mercados, de bicicletas tristes
y silencios.
Nos aguarda guardar en la maleta
las penumbras presentes de la dicha
que observamos atentamente
e intentamos destruir
mientras las mantenemos intactas.
Esperamos que no sea muy tarde ya la marcha
y que el comienzo de este fin tan anhelado,
duela menos que un aguijón clavado que empieza a doler
justo cuando se ha ido su marca para siempre.
1 comentario:
El veneno de las abejas dicen, tiene propiedades curativas... Dolor para curar otros dolores.
Es rara esta vida nuestra, Guille, pero bella, muy bella, "malgrè tout"
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