jueves, 23 de octubre de 2008

Detrás de los dedos -algo físico- está
la infinidad del mundo.
Esa sabiduría de entender dónde posarlos,
a quién señalar, en boca de quién depositarlos
y así hacer callar lo que no se puede oír
o esperar el beso del cariño.

Lo material hay que saber usarlo,
pues tras los dedos estás tú,
y todo lo que mereces.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo material hay que saber usarlo... mmm, qué sabio es usted...

Aliba dijo...

¿Es el tacto, la "intuición tactil" algo material? Duro adjetivo para tan dulce actividad... Ali

Carmen Aliaga dijo...

hacía mucho tiempo que no te dejaba un comentario pero sigo leyéndote, además he retomado mi blog ¡hacía muchísimo que no escribía nada en él¡
un abrazo muy fuerte