viernes, 17 de octubre de 2008

También a veces a mi me recordaba
a algo que no podía definir,
como me comentaste.

Es extraño,
me parece que he visto ya este cuerpo
y, sin embargo, es tan ajeno que me atrae.
Toco y pienso.

También a veces recuerdo aquello que no viví.

Ayer me llamaste tarde, ya me había acostado
y sin embargo entiendo que a veces
las cosas ocurren tarde.
Llámame, lo cojo.

También a veces espero despierto la llegada del sueño
con un sonido que da la salida a lo tuyo sin mi.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No nos conocemos. Pero te conozco de la mar, la vida te pasa en remojo y en papel, en olas y tinta.

Toco a ciegas tu poesía. Pero a veces se me escurre entre los dedos. Tengo la sensación de mensajes secretos dentro de la composición que a veces perturban el sentido global, por ejemplo: "Ayer me llamaste tarde, ya me había acostado
y sin embargo entiendo que a veces
las cosas ocurren tarde." Estos pasajes tienen sentido en sí mismos. Pero "Llámame, lo cojo." también. ¿Son partes de un todo?, ¿dedicados a la misma musa, chicharro?
Y a veces me pasa con tus poemas que hay partes que no entiendo. Y te pregunto en tu blog, el modo de hacer nacer esas palabras.

Salud, por lo demás, que la marea se lleve la nostalgia y la pena. Ahógate un poquito en la incertidumbre (y en la birra).

Guillermo dijo...

Bueno, bueno, Sara intrigante, seguiré indagando entre las olas y la tinta.

Son mensajes secretos al mundo, pero la mayoría de las ocasiones no remiten a nada en concreto en el mundo real, sino al todo en general.

Las palabras nacen cuando quieren y como quieren y lo más importante es que las propias palabras dan vida....y se hizo!!

La nostalgia y la pena está sólo en la pantalla, fuera de ella vivo felicidad y buena melancolía.

Saludos,

Guillermo