martes, 14 de octubre de 2008

Una vez más llega
como el crujir de la madera,
temblando del deseo de surgir
la perenne necesidad de huir,
de cambiar el yo por el ayer,
el asegurado por la necesidad,
el género por el negocio
y la vida por el quizás

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué preciosidad. Me acuesto todas las noches con tu poesía.. Y sin embargo, es tan nostálgica..

Guillermo dijo...

Muchas gracias, Sara (¿Nos conocemos?), espero que duermas bien a pesar de acostarte todos los días con éste blog.

Un saludo.

G.