sábado, 4 de octubre de 2008

Me gusta que al leerme sientas lástima por mi
y que intentes por un instante -brizna de luz-
abrazar la pantalla del ordenador.

Me encanta que al leerme sientas alegría
y albergues en un instante -mota de polvo-
todos los guiños del tiempo.

Me flipa que al leerme quieras coger un cuchillo
y sientas la esperanza de atacar -giro de cadera-
cada letra del teclado.

Me apasiona que seas lector del yo
y no corrijas mi marcha aunque sepas que voy
directo al muro de un acantilado -sol de noche.

2 comentarios:

Javi Lanzarote dijo...

Hoy he escuchado a un profesor decir que cada lectura es un chute que no te deja indiferente, que te hace vivir sensaciones, que te hacer ser otro cuando ha pasado. ¡Viva la droga encuadernada/enblogada/enfoliada!

Aliba dijo...

y ¡qué viva, Javi! ;)