miércoles, 21 de mayo de 2008

Firmar vidas

Quiso defender el aire, la lluvia,
la arena y los libros.
Quiso asistir con los ojos atentos
a la caida de la tarde y al primer frescor de la noche
lamiéndole el cuello como una amante inesperada.

Quiere entender las horas y los minutos,
la belleza y las fogatas que arden
mientras piensa en la anchura de una adiós.
Quiere alentar al recuerdo, al ahora
y firmar su vida.


Querrá, por tanto, atender a sus razones, a sus sueños y sonrisas,
a una visón inesperada hasta el último día, el último minuto
sin el ánimo perdido de una presencia ajena en el horizonte,
de un intruso en el paraiso.

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