jueves, 15 de mayo de 2008

Home sweet hole

Le di la vuelta al sobre buscando allí tu nombre
pero no estaba .

Pensé que en el camino se podría haber borrado,
que el cartero lo habría ocultado dentro del cuero,
o que la tinta era china, rusa, turca, simple limón,
pero que había sido tuyo el sobre, tuyo el sello.

Me senté en el sofá antes de abrirlo, roto el borde,
letras negras, cerrado el cajón de la palabra.
Leí lento mi nombre y dirección. Era indudablemente yo.

De pe a pa brumosas las imágenes,
y no eras tú, escritora, dueña de las letras
ni era misiva el líquido, ni cartero el aire,
ni sillón el suelo frío , ni hogar el callejón,
ni techo el cielo, ni dirección mi calle.
Ni amor el desvarío.

Sí fue cierto, sin embargo, el sueño, la esperanza y el rechazo,
el abandono, el luego, el eco de aquel nombre
y el adiós que un día me enviaste,
dejando un matasellos marcado en mi frente para siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desato mis dedos para escribirte:

veo que has abierto tus párpados nuevos, has mirado al mundo y sigues escribiendo.Ahora que me he enganchado a tus poesías no quiero perder esa mirada.

Párpados Nuevos y esta última "estan escrites amb molta tendresa" y a la vez son demoledoras. Bellas.

Bona nit

Guillermo dijo...

Miro al mundo y le digo cosas al oído. Lo que no sé es si me escucha. Lo seguiré intentando.

Gracias por leerme y comentarme, a pesar de todo.

Petonets i fins demá!