lunes, 19 de mayo de 2008

A mi madre.

En este vivir con peso, es imprescindible
el cálido bastón (te lo dije hace ya tiempo y se refuerza día a día),
aguante y guía. Castillo interno.

Las nieves del pasado
se derriten sólo
con fuego de futuro.


No callar. No morir. No volver a lo imposible.
Ser lo imposiblemente bello
y durar ayudando.

Somos- ¡gracias!- útiles perecederos,
resistentes al sol y a la neblina. Continuaremos
intentando ser, luz en la guarida,
impulso en la retaguardia.

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