Estabas allí donde yo me encontraba
huías de las tardes, evitabas las mañanas,
sentías que no había silencios en la noche
y corrías siempre que evitaba tu mirada.
Ahora ya no hay aire, ni gotas,
ni costas, ni hierba, ni cuencos, ni casas,
ni aquel jersey de lana que existía
aún antes de que llegarás como un telegrama.
Espero que me enseñes algún día a vestir
sin tanta calma.
2 comentarios:
Estabas allí donde yo me encontraba
huías de las tardes, evitabas las mañanas,pero si pudiera tretoceder estaria, hasta el fin de semana.
Este me gusta especialmente :)
Saludos.
Publicar un comentario