sábado, 21 de junio de 2008

Obscura batalla/Dudosa ortografía

La rugosa pared de mi cuarto
responde sin miedo a tus dudas
con un no que hace aún más oscuro el silencio,
con una interrogación perdida
que no sabe preguntar a la llamada escueta del placer
pero lo cumple.
Rebusco palabras sin letras
y sólo encuentro las que ya caducaron
abrigadas bajo la manta.

Mañana cuando al abrir el diccionario del día
entienda por fin lo que ocurrió,
me daré cuenta de que las mantas son
un campo de batalla para el anhelo,
para el verso y para el encuentro.

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