jueves, 5 de junio de 2008

Octubre en Oviedo

Existen, sin lugar a duda,
unos momentos de silencio durante
las largas horas de octubre
cuando en un largo paseo recorres con la mirada
los recovecos más inhóspitos de la ciudad.

Sin darte cuenta miras al cielo
y descubres un color
gris y blanco que te tapa.

Nunca antes
me había dado cuenta
de que en lo alto de la catedral,
en una pequeña torre,
hay una puerta. Pero claro,
me paro a pensarlo y creo
que lo entiendo.

¿Tú la habías visto ya?

1 comentario:

J.Manuel dijo...

Hola. Llego a ti a través del blog de las afinidades. Quiero agradecerte tu comentario sobre mi poema Cerezas.

Seremos aire
o el reverso del sueño.