Me olvidé de mi gente por el ombligo,
de la casa por el capricho, de los juegos por los juegos,
y del olvido por vivir.
Me olvidé de los cantos de la cuna,
de los pasos y las novias.
No me acordé de decirte que tras todo lo que fuimos
conservé solo mis manos, mis ojos y mis cuadernos.
Mi yo me mi siguen conmigo.
Olvidé que cualquier día comenzaré a hablar solo,
y que no espero con ello a dios hablar un día.
Sólo yo estoy solo labrando mi soledad.
Olvidaré el tacto del tiempo.
Si sigo así voy a morir.
Si muero así no llegaré.
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